viernes, 15 de enero de 2010

SI A TODOS LES IMPORTARA

Y al calor de las copas, la juventud y los sueños, dos jóvenes estudiantes de Coimbra Portugal alzaron sus vasos para brindar por la libertad. Hace casi cincuenta años bajo la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar en Portugal, un brindis por la libertad era algo riesgoso de hacer. Por un simple golpe de copas los jóvenes fueron sentenciados a siete años de prisión por el gobierno portugués.
Peter Benenson abrió el diario “The Observer” en su natal Inglaterra. Indignado leyó como los estudiantes portugueses habían sido sentenciados a años de prisión sin una excusa valida. Con pasión escribió una editorial al mismo periódico incentivando a los ciudadanos a expresarse en contra de ese tipo de regimenes y su atropello contra la libertad de las personas “Abrid el periódico cualquier día de la semana y encontraréis una noticia de cualquier parte del mundo sobre alguien que ha sido detenido, torturado o ejecutado porque sus opiniones o su religión son inaceptables para su gobierno.”
En el artículo Peter narró los casos de otros prisioneros en diversos países en situaciones similares y los bautizo como: presos de conciencia.
Los presos de conciencia según fue definido tiempo después son aquellas personas que, sin haber utilizado la violencia ni haber propugnado su uso, son encarceladas o sometidas a otras restricciones de su libertad a causa de sus creencias, su origen étnico, sexo, color o idioma.
Peter incentivó a los lectores a enviar cartas al gobierno de Portugal expresando su inconformidad e indignación ante el trato y sentencia dado a los jóvenes estudiantes. “…pero la experiencia demuestra que hay direcciones que estos gobiernos están dispuestos a seguir, si es la opinión pública quien las lidera. La presión de la opinión comportó hace cien años la emancipación de los esclavos. Es el momento para pedir la libertad de espíritu, la misma que se ganó entonces para el cuerpo."
Y así entro Peter en el proceso de globalización. Más de un millar de cartas fueron enviadas. Su artículo fue traducido en varios idiomas y el movimiento más grande del mundo en Pro de los Derechos Humanos había nacido casi por accidente. Pronto la organización se formalizó y expandió a nivel mundial, tomando el nombre de Amnistía Internacional. La carta que Peter escribió al periódico hoy ha significado más de 2 millones de miembros afiliados a la organización en 150 países, y lo más importante; la liberación de más de 40 mil prisioneros de conciencia.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de ser invitada a la mayor casa de estudios del país a compartir una mesa redonda con Alberto Herrera director nacional de Amnistía Internacional. Alberto es un joven de tan solo 25 años que dice haber sido confundido como asistente del director en varias ocasiones por su corta edad. Cuando se tiene la oportunidad de escuchar a Alberto se percibe de manera inmediata que es la persona correcta para esa responsabilidad y que cuenta con la madurez, energía y conocimiento necesario para sacar adelante y en buen cause las acciones de la organización en nuestro país. Ante la violencia, y barbarie que poco a poco vamos tachando de normal las palabras de Alberto me llenaron un hueco que han ido formando en mi las estadísticas de los noticieros “detrás de cada prisionero de conciencia, detrás de cada estadística, cada número, hay un rostro, una familia, un ser humano”.

Dice mi papá que hace unos cuarenta años en México, hablar de derechos humanos era una utopía. En pleno siglo veintiuno hablar de Derechos Humanos es hablar de una escalera de la cual nos faltan mucho peldaños por escalar, pero es un tramo en el cual ya se ha recorrido camino.
“Si ha todos les importara y nadie llorara. Si todos amaran y nadie mintiera. Si todos compartieran y se tragaran su orgullo. Es entonces cuando veríamos el día en que nadie moriría.” Traducción de fragmento de la canción If everyone cared de Nickelback.
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” Articulo 1.Declaración de Derechos Humanos. Organización de las Naciones Unidas.

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